A Benavente se le considera el principal renovador del teatro español del cambio de siglo. Mejoró la llamada comedia de costumbres, el teatro de masas de aquella época, al aportar un lenguaje renovado, una mayor brillantez en los diálogos, más variedad de personajes y un mayor ritmo en la acción de la trama. Así consiguió dar un salto de calidad respecto al teatro melodramático.
El teatro de Jacinto Benavente tiene unas características inconfundibles: argumento orientado a señalar vicios, conductas o situaciones muy extendidas entre las distintas capas de la sociedad. Mezcla a los estratos más altos de la sociedad -reyes, duques, magnates- con lo más bajo de la sociedad -criminales, prostitutas-. Pero esto hace que sea más eficaz en sus críticas y lenguaje de clase alta. Ataca principalmente las cursilerías y necedades de los más privilegiados. La crítica sólo se torna en algunos momentos, resultando en su conjunto conservadora, con el fin de no incomodar excesivamente al público que acude al teatro, y que no se sienta excesivamente aludido.
Trata de llamar la atención sobre lo que critica pero sin arriesgarse a generar un rechazo a sus mensajes de fondo. Para conseguir sus fines, empleó una gran variedad de recursos: la ironía, la paradoja, la alusión velada, la intención implícita y las situaciones humorísticas. En el discurso de sus textos empleó un diálogo fácil, chispeante y relampagueante, en el que predomina el verbalismo sobre la acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario